1. Mejorar el aclaramiento mucociliar mediante técnicas que permeabilizan la vía aérea: desobstrucción bronquial.
2. Prevenir los daños estructurales evitando cicatrices lesionales y pérdida de elasticidad que las infecciones broncopulmonares causan al aparato respiratorio del paciente: distensibilidad pulmonar.
3. Evitar las infecciones respiratorias.
4. Disminuir la dosis farmacológica. Mediante la limpieza bronquial podemos conseguir que el fármaco que se administra tenga una acción más eficaz y así no tenga que pautarse de forma reiterada.
5. Disminuir o evitar el número de ingresos y estancias hospitalarias.
6. Disminuir la disnea y otros signos y síntomas propios de las distintas enfermedades respiratorias.
7. Educar al paciente a alcanzar un patrón ventilatorio adecuado para sus actividades de la vida diaria y adiestramiento en los distintos dispositivos de administración de la medicación.
8. Mejorar la fuerza y resistencia de la musculatura global y específica de los músculos ventilatorios.
9. Optimizar la función respiratoria aumentando los parámetros ventilatorios, saturación oxihemoglobínica e intercambio gaseoso. Aumentar la autoconfianza y disminuir la ansiedad.
10. Mejorar la calidad de vida.